
El creador y CEO de la compañía Facebook,
Mark Zuckerberg, ha anunciado más serio que en otras ocasiones y sabiendo que todos los ojos estaban puestos en su discurso en el Centro de Convenciones McEnery de San José (California, EEUU) en la undécima conferencia de desarrolladores de Facebook, conocida como F8, mejoras o novedades para sus aplicaciones, las cuales son las video llamadas grupales a WhatsApp, los vídeos en directo para los integrantes de grupo de su red social, la realidad aumentada en Instagram y Messenger y también una aplicación similar al de Tinder.
Las premisas eran claras: hablar algo sobre Cambridge Analytica, pero sin profundizar demasiado;
volver a entonar el mea culpa y hablar sobre los avances que se han hecho desde que estallara
el escándalo que ha afectado a 87 millones de personas en todo el mundo; y dar llamativos anuncios que dejaran el alto su intervención y que hicieran olvidar por un momento (que dure dos jornadas, como la propia convención) que Facebook se encuentra en uno de sus momentos más complicados. Y un Zuckerberg de vuelta al suéter azul y el entusiasmo que le caracteriza (lejos de la seriedad del Congreso) cumplió con todas y cada de ellas.

Así, la noticia que ha hecho de cortina de humo sobre toda
la problemática que la compañía arrastra desde hace unos meses es la
incorporación de una aplicación de citas dentro de Facebook. No se trata de una
noticia totalmente nueva, ya que se sabe que la plataforma lleva pensando
introducir esta herramienta desde hace tiempo. En este lanzamiento oficial, del
que Zuckerberg no ha dado más fecha que pronto, se ha hablado de que esta
aplicación, que será opcional para los usuarios de Facebook, refuerza el
objetivo de la red social: acercar a las personas. Más aún cuando “uno de cada
tres matrimonios se conoce por la red”, ha asegurado su creador.
Pero no solo esta función ha eclipsado las posibles nubes
oscuras de la jornada. También ha explicado la nueva herramienta Watch Party,
una opción que permite compartir vídeos en directo solo entre miembros de
grupos y que le ha dado pie incluso a bromear sobre su comparecencia en el
Congreso. Precisamente esta broma ha sido la que ha relajado el ambiente,
después de que un Zuckerberg mucho más grave explicase que también se trabaja
en una herramienta para que Facebook no pueda rastrear al usuario fuera de su
red (Clear History), además de la mejora de sus sistemas de inteligencia
artificial para detectar contenido inadecuado.

También anunciaba nuevas funciones para sus otros
gigantes: tanto Instagram como Messenger (el chat de Facebook) tendrán vídeos
con realidad aumentada (Zuckerberg ha bromeado acerca de lo bien que se lo pasa
poniendo un bigote de mentira sobre su cara), y las videollamadas de grupo de
hasta cuatro personas llegarán muy pronto a WhatsApp. También ha habido tiempo
(unos segundos, en realidad) para alabar la figura de Jan Koum, creador de la
aplicación de mensajería instantánea más famosa del mundo y que abandona el
barco de Facebook.
La realidad virtual y aumentada tuvieron su
predecible hueco en el discurso del CEO de Facebook, afirmando que esta
tecnología ya puede mostrarnos nuestros recuerdos en fotos, mostrando imágenes
de un entorno hogareño creado a partir de pequeños archivos de imagen que,
pinchando, revelaban cumpleaños familiares, fiestas con los amigos o episodios
graciosos que en el futuro se verán a través de unas gafas (que se venden en
todo el mundo bajo el nombre de Oculus y cuyo fabricante es Facebook, claro
está).

Serio pero claramente mucho más entusiasta de lo que se
mostró en el Congreso, el fundador de la red social más famosa del mundo volvía
a remitirse a las directrices de su discurso sobre la protección de datos de
los usuarios de su plataforma: «Ahora no pude ocurrir lo que ha pasado con
Cambridge Analytica porque las decisiones más importantes las tomamos en 2014»,
ha afirmado delante de una audiencia repleta de desarrolladores que han pagado
una entrada a la misma compañía que ha restringido sus permisos como intento de
frenar una posible sangría de clientes, tanto personas anónimas como
anunciantes. Según pasaba la conferencia y los anuncios se iban desplegando, la
emoción iba subiendo. Pero si en la sala quedaba algún escéptico, Zuckerberg lo
terminaba de seducir regalando a cada persona que le escuchaba en California
unas gafas de realidad virtual Oculus Go para celebrar el lanzamiento en
Estados Unidos por 199 dólares el par. Zuckerberg sabe muy bien lo que hace, a
pesar de que el momento no le sea del todo propicio.