
Con la finalidad de terminar con las polémicas arbitrales, la FIFA
implementó el VAR, que consiste en un conjunto de
cámaras que retransmiten a una sala apartada del campo, donde los asistentes de
vídeo pueden revisar las jugadas.
Solo hay cuatro tipos de lances que pueden
revisarse. Esta asistencia puede producirse a petición del árbitro (si tiene
dudas en una de las jugadas que pueden rearbitrarse), o en caso de que los
asistentes detecten un lance dudoso y avisen al juez del encuentro a través del audífono.
En ese
momento, los asistentes de vídeo reproducen las imágenes en sus monitores y
transmiten sus conclusiones al árbitro. Es este último quien toma la
decisión final. Puede hacerlo después de consultar también las imágenes en un
monitor situado en la banda, o fiándose únicamente del criterio de los
asistentes.
Desde que fue utlizado por primera ocasión en el Mundial de Clubes 2016,
el Video Assistant Referee ha recibido diversas críticas, pues hay tres árbitros
en una sala repleta de monitores y con todas las tomas posibles de las jugadas
a analizar para apoyar al juez central en la cancha con alguna jugada polémica
o decisión que ya se haya tomado.
GOLES

PENALES
Los
asistentes garantizan que se tome la decisión correcta al sancionar (o no) un
penalti.
TARJETAS ROJAS
Es
otra de las cosas que se pueden revisar, pues en ocasiones las expulsiones se
dan de manera injusta o el juez central no las observa, por lo que el VAR juega
un papel determinante en este aspecto.
ERRORES DE IDENTIDAD
En
algunas jugadas en las que participan muchos futbolistas el árbitro no sabe
quién hizo la falta o no ve lo que sucede. Los asistentes de vídeo pueden ayudarlo
a determinar quién cometió una infracción para no amonestar o expulsar al
jugador equivocado.